Desde mi primer viaje a Cuba, asesorando a unos inversores españoles, hace ya más de 9 años, me ha interesado enormemente este pais y he sido testigo de cómo ha ido evolucionando respecto del papel que la inversión extranjera debe desempeñar en su economía. Han pasado muchos años en los que la inversión extranjera en Cuba era anecdótica, quedando circunscrita casi en exclusiva al negocio hotelero (con especial referencia a la cadena española Meliá). Sin
embargo, a partir del año 2011, con motivo del Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba y la aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y de la Revolución, se actualiza el modelo económico de Cuba y se inician una serie de reformas. En lo que a nosotros nos ocupa, en estos últimos años, se ha producido en Cuba un cambio muy significativo respecto a la decidida vocación de los dirigentes cubanos de atraer la inversión extranjera, para sustituir o disminuir el gran número de importaciones que realizan, desarrollar nuevas fuentes de empleo, tener acceso a nuevas tecnologías, desarrollar su tejido productivo e industrial y obtener los aportes financieros que, como consecuencia del bloqueo, tienen en gran medida vetados.
En marzo de 2014, se ha promulgado una nueva Ley de la Inversión Extranjera, que actualiza la regulación de esta actividad y establece las garantías necesarias para los inversores foráneos. Por otra parte, dicha ley ha sido desarrollada por un Reglamento y diversas normas complementarias; con lo cual en nuestra opinión esta materia está suficiente y adecuadamente regulada. En este sentido, es de reseñar la Cartera de Oportunidades que, de forma anual, el Ministerio de Comercio Exterior y de la Inversión Extranjera, publica y en la que se contienen los principales proyectos que el país desea desarrollar a través de la participación extranjera.
Otro hito importante en esta nueva época ha sido la creación, en septiembre de 2013, de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel. Su objetivo es atraer a las empresas extranjeras, para su implantación en esta nueva zona a la que, además de contar con el puerto de contenedores más moderno y con mayor capacidad del entorno, se la está dotando de nuevas y adecuadas infraestructuras. Actualmente, la Zona Mariel está en proceso de ejecución y ya hay algunas empresas extranjeras (una de ellas española) que se van a radicar allí. Para las empresas interesadas en los mercados del Caribe y América Central, la Zona Mariel puede ser una forma rápida y sencilla de implantarse en el país y tener fácil acceso a los mercados del área.
Los incentivos fiscales que se establecen, tanto a nivel general (en la Ley de la Inversión Extranjera), como los específicos por estar las
empresas extranjeras radicadas en la Zona Mariel, son muy interesantes y ofrecen muchas ventajas, que hemos desarrollado en un artículo titulado “CUBA: ESTÍMULOS FISCALES A LA INVERSIÓN EXTRANJERA” escrito por el Dr. José López Berenguer, Rafael Hormigo Yagüe (socio del Bufete Schüller, Hormigo y Asociados) (www.shabogados.com) y con la colaboración del Dr. Carlos Alejandro Pérez Inclán, Profesor de la Facultad de Derecho de La Habana.
También señalar que, en mi opinión, Cuba es un país estable, que debe resolver una serie de cuestiones trascendentales como la dualidad monetaria, con un sistema legal desarrollado y fiable, respetuoso con el inversor extranjero, con un alto grado de seguridad ciudadana, preparación y educación y con unos lazos muy importantes con España (desde la lengua, la cultura, el derecho, etc), que deben ser valorados muy positivamente para animar a las empresas españolas a invertir en Cuba y a las autoridades españolas y cubanas a seguir trabajando para fomentar y mantener las buenas, respetuosas y estrechas relaciones comerciales existentes en la actualidad.
En estos días, hay muchos acontecimientos mediáticos en los que Cuba está teniendo un especial protagonismo, cada día aparecen noticias nuevas sobre medidas que atenúan los efectos de la famosa Ley Helms-Burton y se especula sobre el paulatino levantamiento del bloqueo; hay buenas expectativas en el país caribeño, se auguran importantes crecimientos en determinados sectores como el turismo, los desarrollos inmobiliarios ligados a los campos de golf, las infraestructuras, la matriz energética, los alimentos y la agricultura, la construcción, etc, pero hay que tener presente que Cuba, aunque pretende y necesita el capital foráneo, se va abrir a la inversión extranjera poco a poco, tratando de priorizar sectores, analizando profundamente los negocios que se le planteen y todo ello en el marco de una economía centralizada y planificada; cuestiones todas ellas que el inversor extranjero debe respetar y conocer.
Madrid, 20 de marzo de 2016